Hay otros paisajes en Arija donde las piedras son protagonistas y en los días de lluvia o en las mañanas de rocío es cuando mejor se aprecian la variedad de colores, las formas y texturas con tonalidades y brillos que irán cambiando también según sea la luz de la mañana o del atardecer.
La escritura del viento en la arena nos dice cómo y de dónde llegaron, e imaginamos el antiguo valle con las turberas, los ríos y arroyos que quedaron bajo las aguas de este embalse.